Un biosensor se define como un dispositivo compuesto por dos elementos fundamentales: un receptor biológico, preparado para detectar específicamente una sustancia, y un transductor o sensor, capaz de interpretar la reacción de reconocimiento biológico y «traducirla» en una señal cuantificable. Los biosensores, conocidos por la opinión pública desde su aplicación médica, tendrán un gran protagonismo para los expertos del marketing y avanzar para obtener el conocimiento inductivo del público

EL FUTURO DEL NEUROMARKETING
El futuro es incierto, pero lo que sí sabemos es que los biosensores forman parte del futuro del Neuromarketing.
De hecho, según el informe Global Biosensors Market Report 2030 de Goldstein Research, ya en 2016 el 70% del mercado de estos dispositivos se volcó en el segmento tecnológico, y durante la próxima década su crecimiento anual estaría por encima del 8%.
Multinacionales como Microsoft, Facebook o Google ya se están posicionando para liderar este avance en la tecnología. Son precisamente las corporaciones con más recursos las que pueden arriesgarse y marcar el camino. Para las demás, la respuesta pasará por proveedores y firmas especializadas.
En este video vemos de una manera muy clara el funcionamiento de los biosensores 👆🏼
EEG VS BIOSENSORES
Esta tecnología, pese a ser todavía notablemente cara, se terminará sobreponiendo al EEG (electroencefalograma) tradicional, con el que se trata de leer la actividad de las neuronas utilizando sensores colocados sobre la cabeza del individuo.
El neuromarketing no tardaría en asociar causalidad entre la segregación hormonal y los hábitos de consumo. Entre los neuromoduladores y los neurotransmisores, y la actividad cerebral.
Tal y como recoge Harvard Business Review, en 2015 un estudio descubrió que, al dosificar testosterona en algunos consumidores, estos eran más proclives a mostrar preferencia por marcas de lujo. La hipótesis manejada —con precaución respecto a los efectos del Reverse Inference, la limitación de dibujo de imágenes recogidas por la tecnología fMRI— apuntaba hacia el símbolo de estatus que representan estos artículos y a la sensibilidad de la hormona hacia ese marcador.
Aunque muchos de los avances del neuromarketing solo se den en entornos controlados de los que no siempre es sencillo extraer conclusiones de valor, la labor de los expertos en la neurociencia permitirá en el futuro acercarse a una idealización casi utópica: la sugestión artificial para modificar los gustos del individuo.
Excelente ejemplo del uso de la tecnología para analizar publicidades 👆🏼
SUGESTIÓN Ó MANIPULACIÓN
La sugestión no se llevaría a cabo a través de la intervención física, sino mediante el modelado programado de mensajes e imágenes. Pero parece inevitable que surjan dudas sobre ello, de momento, hay que ser precavidos.
La manipulación se puede llegar a perfilar en la medida que aumentan los logros del campo, pero es probable que aparezcan las voces críticas hacia estas técnicas que no terminen de estar respaldadas al 100% por toda la comunidad científica.
Es lógico que se dude de algo que puede influir tanto en la conducta de cada persona, pero de momento, estamos a la espera de ver los nuevos avances. Cuando llegue el momento, estaremos preparados para introducirnos en el mercado, porque para esto sirven las visiones a futuro, para surfear la ola de la innovación. Y para surfear, hay que estar metido en el agua.
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